martes, 29 de mayo de 2012

Nana adulta para juveniles insomnios

Entra por la abierta ventana
una versión del ruido
que ocupa del niño la cama
cuando el sueño se ha ido.

Las estrellas se ciegan
con el color
tormenta, tormenta, tormenta.
Las cortinas se vuelan
con un dolor
de menta, de menta, de menta.


El viento una canción murmura
que suena a derrota,
como en la noche oscura
una bombilla rota.

El planeta se cuela
o al menos lo
intenta, lo intenta, lo intenta,
por una portezuela
del faetón.
Molesta, molesta, molesta.


Por el filo de la guadaña
lagrimea un cielo
que cae, gime, se extraña
e insiste en su desvelo.

Se arrastra su cuerpo y
su corazón
se infecta, se infecta, se infecta.
Piensa que ante el miedo
será mejor
que mienta, que mienta, que mienta.


El muerto no se acomoda
al fondo de su nicho
porque parece hecho de roca
y hay demasiados bichos.

La luna lo vigila,
y no hay razón,
despierta, despierta, despierta.
Su modorra desfila
al paredón
soberbia, soberbia, soberbia.


P.D: Que durmáis bien, chavales.

"¿A qué edad se empieza a hacer crítica constructiva?"


2 comentarios:

  1. Vaya pedazo de cerdo que eres Antonio coño...

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  2. Vas más allá, colega. Tú ya no lees entre líneas, directamente lees otras líneas.

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