miércoles, 2 de diciembre de 2009

Competitividad

Comenzaba a notar la extenuación a pesar del resultado, un dulce cansancio que se asomaba ligeramente a su estado físico pero que no dejaba de haberse quedado atrás con respecto a su estado mental. Era el ascenso del ganador, la prolongación de la racha del que se sabe vencedor desde el primer momento. Eso es lo que había notado él, era uno de esos días en los que le entraba todo, había estado calentando antes de la cita, mentalizándose (si es que era necesario) en la importancia de lo sobrevenido. Así era, para el resto había partidos y partidos, pero ese planteamiento le parecía cosa de mediocres, para él todos los choques eran precisamente eso, choques, todos iguales de vitales, todos tan necesarios como el anterior. Es más, sí que había un encuentro clave en su vida, el siguiente, siempre el siguiente. Luego esquematizaba, era capaz de formatear todas sus victorias, que según decía, recordarlas no hacía más que caer en el error de conformarse con lo pasado. Sin embargo, tenía grabada en su mente cada resultado, cada minuto, cada rival, cada detalle (de la pista, de la pelota, de la gente) de todas las derrotas que había cosechado, si hubiese sido boxeador su memoria reflejaría un ranking de un 0-14.5 (aún no tenía claro si el partido contra T.M había nacido desde la total “imparcialidad). Y sí, por qué no negarlo, no era un buen rival, la fiereza de su comportamiento y la intensidad sempiterna conseguía que fuese considerado como un competidor ilegítimo, en primer lugar porque nunca creyó que la trampa y la arana debieran de quedar excluidas de la liza, para eso había acuñado una famosa frase que desquiciaba la moral de sus adversarios: “Ni siquiera me ha hecho falta hacerte trampas”. A su dudosa forma de actuar en relación a la adaptación de las normas de juego, había que añadirle su famoso mal ganar, su lengua, su palabra, su dedo corazón y sus brazos se aunaban en ocasiones para hacer ver a su contricante la importancia y la humillación de la derrota (si es que todavía no había conseguido reaccionar con tanta intensidad durante el juego). Mentalidad y físico, por eso era casi imbatible, casi invencible, casi inmortal, porque había moldeado su cuerpo de competidor adaptándolo a su mente de competidor, porque no importaba que realmente no se dedicase a todo ésto, él había dedicado su tiempo libre a alcanzar su cenit, a ampliar y fortalecer su espalda, sus brazos, su tronco, sus piernas, añadiéndolo a su ya de por sí imponente envergadura, y a su experiencia tornada en mil batallas, labrada en años de mejora, en años de entrenamiento. La potencia del vencedor nato, del que se entrega día a día hasta la debilitación total, del que muerde, ladra y gruñe con lo que cede. Del que grita, silba y levanta los brazos con lo que consigue. Carácter yugoslavo, procediera de donde procediese.

Un corte de mangas y un grito en la cara, lo acababa de volver a conseguir, el triunfo se había decantado de su lado por enésima vez en tal crucial batalla. Había vapuleado, humillado y asestado un veintidós a CERO a su rival en uno de sus deportes favoritos, el de la canasta. Nada más y nada menos que veintidós a CERO como repetía insistentemente ante la ingenua mirada de su joven nieto. Un último grito de fondo sin respuesta: “Lo de que tengas tres años no es una excusa”.

11 comentarios:

  1. AUTOBIOGRAFÍA: Por Curro Sánchez Andrada

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  2. "Aunque pisaste un poco la ralla de faltas, así que te voy restar un punto. Pero 299 puntos son muchos puntos para un bebé"

    Muy guapo el texto tío!

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  3. Jajajaja, te dije que tenía en mente un relato parecido a esa escena.
    Ojalá pudiese yo ser algún día como este tío Pedro.

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  4. Jajajajaja es basto que te hayas inventado un alter ego yugoslavo. La etiqueta de "gestas deportivas" despista un huevo cabrón. Me he tirado todo el tiempo pensando "quíen será el chalao este..." pensando que lo hacías sobre algún loco real de esos que te gustan a ti. Pero que va. Lo has hecho de ti mismo. Que mamón.

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  5. Muy grande, illo. Me imagino inevitablemente al niño heredando la competitividad de su familia y tirando la muñequera al suelo cada vez que falla un triple xD.
    Mola mucho el texto.

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  6. Que vasto!! Mola! Pero tío ¿por qué quieres ser siempre de otro país? Me imagino a un pedazo de garrulo como abuelito en. Muy guay tío

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  7. No está mal el escrito, aunque percibo que la cultura serbio-bosnia os han marcado, hasta los cuentos inventados son sumergidos en tales naciones. Ufff, al loro...

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  8. De verdad que no habéis entendido para nada las palabras "carácter yugoslavo".

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  9. Cállate anda, y déjate de tanto carácte, XD

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  10. Uy, carácter, el teclado me va como una puta mierda.

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  11. Será porque comparto tu afán por la labor del entrenador, pero me da la sensación de que hablas de un híbrido entre Bilardo y Messina, con un toque de Mourinho. Mola bastante el texto

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